segunda-feira, 14 de janeiro de 2013

A mi amigo castellano hablante (y IV).


Hablamos ya de lo que es el asturiano y de lo que es el gallego-asturiano, de dónde se hablan y, más o menos, de por qué se hablan. Cuando hablo de las lenguas de Asturias muchos me decís, con razón, que la cultura asturiana no es únicamente sus lenguas. Evidentemente, la cultura asturiana va más allá de las lenguas, como va más allá de los hórreos, las paneras o los bailes tradicionales. Y desde luego va mucho más allá de los cuatro tópicos diseñados para turistas (que si la sidrina, que si la Santina, que si la tierrina...). El problema es que hablar de la cultura en términos abstractos, es muy complejo, porque la cultura lo abarca todo. Cultura asturiana son los hórreos, pero también Ensidesa o Ceasa. Cultura asturiana son las gaitas, pero también el punk. No voy a hablar, entonces, de cultura asturiana en términos tan amplios, pero sí hablaré de algunas cosas que tienen mucha relación con la cultura y la historia de Asturias. 

¿País?

En el primer post de la serie comenté que quería hablar, entre otras cosas, del país asturiano, ¿país? Pero Asturias no es un país, el país es España. Bien, es muy común que la gente tienda a confundir los términos país, nación y estado, y tienda a pensar que las tres cosas son una misma cosa, cuando no lo son. Es evidente (es un hecho objetivo) que Asturias no es un estado soberano, sino que forma parte del estado español. Independientemente de la voluntad de cada uno, eso es un hecho. Pero eso no quiere decir que no sea un país. Personalmente no me gusta justificar el uso de tal o cual término político en función a su definición en el diccionario, porque las definiciones de diccionario no tienen por finalidad establecer los conceptos políticos, sino dar una idea de lo que significa una palabra, muchas veces sólo a grandes rasgos. Tampoco creo que las academias lingüísticas sean dioses y que, por lo tanto, sólo sus definiciones sean aceptables, ya que las academias no son las madres de las lenguas. Con todo, te interesará saber que la RAE define país como «nación, región, provincia o territorio», con lo que prácticamente cualquier espacio físico puede ser llamado país. Una de las definiciones que da para nación es «conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común». Aunque tanto los politólogos como los historiadores discuten mucho sobre qué es una nación, la idea de que una nación se caracteriza por una lengua común, un espacio claramente definido y una historia común es general. En este caso habría mucho que discutir sobre qué es una historia común, y personalmente no lo voy a hacer, porque eso daría para una tesis, y ni yo tengo la capacidad ni es lo que nos ocupa ahora.

La expresión país, en cambio, es una expresión más clara, país es básicamente un territorio. Así, aunque Asturias no tenga un estado propio, no hay ninguna razón por la que no se le pueda llamar país.

Vale, esa es la teoría, pero en la práctica nadie llama a Asturias país... No es cierto. El término país se viene aplicando históricamente (muchísimo antes de quue saliésemos los asturianistas a hablar de países), por ejemplo tenemos las expresiones carro del país, traje del país (aunque también se usa mucho la expresión traje tradicional o traje asturiano), fruta del país, vino del país... donde país no hace referencia a España, sino a Asturias. Es más, en muchas ocasiones, al hablar de vino del país, podemos interpretar que el país es un territorio de Asturias concreto, no Asturias en su conjunto.

De hecho en España existe una comunidad autónoma que se llama, en castellano, País Vasco, donde país no es sinónimo de estado. También la Comunidad Valenciana se conoce comunmente en lengua catalana (en valenciano) como País Valencià (País Valenciano), aunque oficialmente sea la Comunitat Valenciana. También en otros estados, más centralistas que el nuestro, como en Francia, hablan del País del Loira (Pays de la Loire) para referirse a una de sus regions, e incluso del País Vasco francés (Pays Basque) para referirse a un territorio que ni siquiera tiene unas fronteras claramente definidas (porque el País Vasco francés no es ni una región ni un departamento, sino que está en el departamento de los Pirineos Atlánticos, en la región de Aquitania, junto con el territorio histórico de Bearn). Todos conocemos los Países Bajos, aunque a pesar del plural tenemos claro que constituyen una sola unidad política, pero no hablamos del País Bajo, por lo que si usamos el plural será que entendemos que los Países Bajos son más de un país, aunque sean un solo reino.

En definitiva, en lengua castellana (como en muchísimas otras, también el gallego-asturiano y el asturiano) la palabra país puede usarse para referirse a un estado (”cuando fui a Francia no conocía el país”, donde el país es, claramente, Francia, un estado) o a un territorio distinto (“cuando fui a Asturias no conocía el país”, o“en Asturias ya casi no se usa el carro del país”, donde el país es Asturias, o “en Ibias pude probar el vino del país”, donde el país puede no ser ni España ni Asturias, sino el territorio del que es propio ese vino, en este caso la tierra de Cangas). De hecho, en determinadas ocasiones la palabra país podría transcender fronteras, y así la expresión País Vasco puede ser usada para referirse al país vasco español, al francés o a la suma de ambos. Así, el vino del país puede referirse a un vino de Rioja, y ese país puede incluir perfectamente La Rioja (comunidad autónoma) y La Rioja alavesa (en el País Vasco). Esto es, la palabra país es una palabra polisémica. Si te fijas, la palabra paisano (que en castellano se usa para referirse a alguien de tu mismo lugar y en asturiano y gallego-asturiano para referirse a cualquier persona) quiere decir el que es del mismo país, viene de país (lo que pasa que en gallego-asturiano y asturiano amplió su significado original hasta referirse a cualquier persona, sea de donde sea).



Carro del país. El país del que es propio este carro es Asturias.


¿Por qué usar la palabra país para referirse a Asturias y no la palabra provincia? La palabra provincia hace referencia a un estatus legal que tiene un territorio. Asturias es una de las 50 provincias españolas, y una de sus 17 comunidades autónomas. Si me refiero a Asturias como comunidad autónoma, irremediablemente me estoy refiriendo a su condición legal que mana de su Estatuto. Si me refiero a Asturias como provincia hago referencia a su relación administrativa con España (por ejemplo “cuando pongas la dirección, no te olvides de escribir la provincia”, o “en el código postal, los dos primeros números señalan la provincia”, ya que el sistema estatal de correos tiene en cuenta las provincias para su funcionamiento). En cambio, la palabra país se refiere a un territorio por sí mismo, independientemente de la relación que tenga con otros territorios, e independientemente de que ese territorio forme parte de otro territorio mayor. Así, cuando hablo de vino del país y pienso en Cangas, no niego por ello que ese país, la tierra de Cangas, forme parte de Asturias, pero tampoco pongo el acento sobre su asturianía.

Así, un país es un territorio con características comunes, esas características pueden ser unas pocas (pueden tener en común, únicamente, producir un mismo vino), o pueden marcar identidades, como la identidad asturiana. Como creo que Asturias no sólo es una subdivisión de España y punto, sino que tiene personalidad y características propias, me encuentro muy cómodo usando la palabra país, que, como te dije, tiene un uso tradicional muy extendido.

Pero hablar de Asturias como país suena nacionalista. Si así fuera, no hay ningún problema, pues en un estado democrático se puede defender el nacionalismo periférico sin ningún problema. Pero aún así, no es cierto que sea una expresión nacionalista, de hecho hablarás con total naturalidad el País Vasco y no por ello eres militante del PNV, ¿verdad? Es muy común referirse a Asturias como país, ¡si hasta Cascos uso esa expresión! Y no creo que Cascos sea sospechoso de ser separatista. También Fraga usó la palabra país para referirse a Galicia, y tampoco Fraga podía haber sido acusado de nacionalista gallego, más bien fue siempre un nacionalista español.

¿Asturias es España y lo demás tierra conquistada? 

Esta es una afirmación que muchísimos asturianos repiten con orgullo y devoción. Aunque, paradógicamente, es una expresión que, aunque en boca de asturianos, nunca escuché en lengua asturiana ni en gallego-asturiano. Quizá es una tontería, sí, pero me parece significativo reseñarlo. Bien, esa afirmación, es sencillamente falsa. En este momento todos mis amigos historiadores (especialmente medievalistas) me van a arrancar la piel a tiras por explicar las cosas de una forma tan limitada. Bueno, este post no pretende ser una clase de Historia medieval de Asturias, así que me vais a permitir que lo explique muy deprisa y corriendo.

Cuando los moros entran en la Península Ibérica y llegan hasta Asturias (porque sí, los moros llegan a tomar Asturias y montar una gobernación en Xixón, a cargo del gonbernador Munuza), establecen unos impuestos que los cristianos que vivían en estas tierras lo consideraron abusivo, además toman ellos un poder que antes tenían otros. Así, por uno o por otro, Pelayo acaudilla a los cristinaos contra los moros y funda el Regnum Asturorum, que significa “reino de los ástures”, aunque solemos traducir como Reino de Asturias. No voy a entrar a divagar sobre quién era Pelayo, si era un godo, un ástur, un cántabro, un soldado, un príncipe o un dentista, porque no viene a cuento. Lo cierto es que es nombrado princeps (que en latín quiere decir el principal, el número uno, no príncipe como lo entendemos hoy). Después cuando muere ya su hijo Fruela será rex (rey). El Reino de Asturias va creciendo, hasta llegar a territorios muy lejanos de la actual Asturias, como a territorios de Portugal.

Hoy estamos acostumbrados a que un país tenga una capital y punto, pero en aquel entonces lo que era más normal es que los reyes pudiesen cambiar su Corte según las necesidades del momento, así al principio la Corte del rey estaba en Cangues d’Onís, después en Samartín del Rei Aureliu, en Pravia y en Oviedo. ¿Por qué cambiaban de lugar las Cortes? Pues porque según el reino iba creciendo la Corte se ponía más cerca del lugar hacia el que se expandía, para que las noticias llegasen rápido al rey, y porque según unas ciudades iban cogiendo relevancia, tenían más probabilidades de que la Corte se instalase allí.

El Reino de Asturias también se extendió al sur, hacia León. Y allí acabaron poniendo la Corte. Entonces pasó a llamarse Reino de León, aunque también hay quien lo llama Reino Astur-Leonés, porque en el fondo el de León es la continuación del de Asturias. Al Reino de León pertenecía el Condado de Castilla. Como curiosidad decir que el Condado de Castilla era un poco las tierras que estaban en el quito pino del Reino, y decir que cuando los nobles castellanos llegaban a León los leoneses se reían de ellos por lo mal que hablaban. Porque los nobles castellanos hablaban en castellano, y los leoneses en leonés (asturiano), y lo fino era hablar asturiano, mientras que hablar castellano era un poco de paletos. Bueno, esto es un poco la explicación para dummies, pero creo que se entiende.



La Península Ibérica en el año 1037.


Entonces los castellanos van cogiendo más fuerza y se independizan. Sí, los castellanos fueron independentistas con respecto a los leoneses. Pasa el tiempo... Y Castilla es un Reino independiente, que pugna con León por el poder de La Meseta. Finalmente el Reino de Castilla acaba conquistando al de León. Es decir, primero Castilla pertenece a León, después León y Castilla son reinos independientes, y después León pertenece a Castilla.

Entonces el castellano ya se va convirtiendo en una lengua más respetada, hablar castellano ya no es paleto, fundamentalmente porque ahora son un Reino, y el castellano es la lengua de los poderosos (no como antes, que los poderosos estaban en León).

Pero si siempre se dijo que Asturias es España y lo demás tierra conquistada. Hay que tener cuidado con el uso que hacemos de la palabra siempre, porque en ocasiones ese siempre no es tan antiguo como creemos. ¿Desde cuando se dice esa frase? No lo sé, y la verdad es que tampoco me quita el sueño (porque en caso de que se llevase diciendo trescientos años no hace que sea más cierto que si se llevase diciendo cincuenta). El hecho de que una cosa se diga muchas veces, y que tenga cierto éxito entre la gente (porque sirve muy bien para enarbolar un orgullo provinciano) no hace que sea cierta. Como te comenté hace nada, cuando Pelayo se enfrentó a los musulmanes, estaba muy lejos de pensar en una idea de España.

En ocasiones vemos la historia de Asturias sólo como una nota en la historia de España, pero por el contrario, no aceptamos, o aceptamos malamente, la posibilidad de ver la historia de España como una nota en la historia de Europa, o la historia de Europa como una nota dentro de la historia de la humanidad. Es decir, creemos que la historia sólo puede ser Historia de España, porque así viene en letras doradas en nuestros viejos libros de la escuela, y porque en ellos aparece desde el hombre del Sidrón hasta nuestros días. En cambio, creo que estaremos de acuerdo en que el hombre del Sidrón de ninguna manera podría ser ni español ni asturiano. Sobre esto, el historiador Faustino Zapico decía:

«La Historia de Asturias es la gran desconocida para los asturianos y asturianas de hoy. Conocemos de nuestro pasado únicamente que algunos episodios de relevancia especial presuntamente insertos en la Historia general de España: la resistencia de los ástures contra los romanos, el inicio de la monarquía ástur con Pelayo y la batalla de Cuadonga, la revolución de 1934... Muchos de esos episodios, la mayoría de las veces, se conocen desde una perspectiva mítica y esencialista, vinculada por completo a la idea de la preexistencia de un ente intemporal, España, al que los asturianos parecen predestinados a rescatar en las circunstancias más dramáticas. Esa concepción mítica es compartida por buena parte del actual mapa político, y forma parte de los tópicos del discurso mayoritario. Los actuales planes de estudio, que deberían servir para enseñar a los estudiantes asturianos una visión más global y más crítica de su Historia, que permita ver a este pueblo como algo más que la fiera dormida que despierta cuando la patria española está amenazada, sirven, más bien, justo para lo contrario, para insistir en esa visión simplona, esencialista y anecdótica de nuestro pasado colectivo, gracias a los currículum de Ciencias Sociales aprobados por el gobierno del Principado hace algunos años.»[1].

¿Pero Asturias no es un Principado como recompensa por reconquistar España? No. Mucha gente cree que Asturias es un Principado como premio por haber echado a los moros en la batalla de Cuadonga, que es lo que queda de aquel Reino de Asturias. Bueno, lo cierto es que entre que nace el Reino de Asturias y que Asturias se convierta en un Principado pasa mucho tiempo, y no fue como premio, sino como castigo. En la Edad Media había reyes, sí, pero mandaban más bien poco, porque los que mandaban mucho eran realmente los señores feudales. Poco a poco los reyes fueron cogiendo más poder y los señores feudales tenían menos, y, claro, eso no les gustaba. En Asturias un grupo de nobles, liderados por el conde de Noreña, Gonzálo Peláez, se levantaron contra el rey de Castilla (Asturias ya hacía mucho que formaba parte del Reino de Castilla), porque querían recuperar aquel poder que habían ido perdiendo (con esto no quiero decir que Gonzalo Pelaez fuese un independentista asturiano, como hay quien puede decir, porque no es cierto). Entonces el rey de Castilla los subyugó e instauró un Principado, para que Asturias estuviese controlada directamente por la familia real, y así los tenían más controlados. Eso es lo que pasó, más o menos, en todos los Principados, como el de Viana o Girona (los dos de la corona hoy española) o Gales (de la corona británica).

Hay que recordar cosas como que los moros y los cristianos no estuvieron en guerra continua, es más, los moros guerrearon entre ellos y los cristianos entre ellos, hasta el punto de aliarse moros con cristianos. Entre la batalla de Cuadonga y la expulsión de los moros por parte de los Reyes Católicos pasan 800 años. Los moros llevaban 800 años en la Península Ibérica. Para que te hagas una idea, los blancos llevan sólo 500 años en América, doscientos años menos. Vamos, que no podemos hablar de la Edad Media como si fuesen un par de siglos.

Cultura. 

Hay mucha gente que cuando piensa en la cultura asturiana piensa en los hórreos, las madreñas, el pericote y la sidra. Muy bien, todo eso forma parte, indudablemente, de la cultura asturiana, aunque no son necesariamente rasgos exclusivos de Asturias. Así, debemos saber que también se bebe sidra en otros territorios del mundo, desde el País Vasco hasta Canadá, pasando por Bretaña (Francia), los Estados Unidos o Inglaterra. Evidentemente no son exactamente igual, como no son exactamente igual los vinos de Cangas que los de La Rioja o los de California. Tampoco los hórreos son exclusivos de Asturias, y construcciones parecidas se extienden por el mundo. En concreto, el hórreo asturiano se extiende también por Galicia, hasta muy cerca de Lugo capital. Del mismo modo, el cabazo se extiende entre Viveiro (Lugo) y Cuideiru (Asturias), y es un elemento más de la cultura arquitectónica asturiana.




Hórreo asturiano con cubierta de teito,  panera, cabazo y hórreo gallego.


¿Eso quiere decir que no son elementos tan asturianos como creíamos? No, evidentemente no. Son elementos completamente asturianos, eso lo que quiere decir es que la cultura, al contrario de lo que pasa con las lenguas, no es una realidad fácil de meter dentro de unos lindes. En el caso de las lenguas nos encontramos con fenómenos de especial relevancia que señalamos como frontera entre lenguas, en el caso de la cultura, aunque está claro que no todos los fenómenos tienen la misma importancia (no es igual de importante el tipo de calzado que usa un pueblo, como la división de trabajos que hace, por ejemplo), sería mucho más difícil establecer una frontera, sobre todo en nuestra sociedad occidental, donde todos bebemos de unos mismos orígenes (latinos, germánicos...) y donde la relación entre pueblos es muy grande. Es decir, en una población 100% asturiana que come kebabs, ve películas americanas y escucha la música de la MTV. Evidentemente, aspectos como las madreñas, los hórreos o las canciones tradicionales tienen relevancia en la definición de la cultura asturiana, por eso es tan importante que ninguna de estas cosas se pierdan, y por eso hay gente grabadora en mano recorriendose los pueblos de Asturias y recogiendo todo ese acerbo cultural.




Sidra irlandesa, aunque parezca 
cerveza se hace con manzana.


Lo mismo puede pasar con aspectos como los gastronómicos (no por nada unos pueblos comen fabada y otros gazpacho), aunque estaría bien no exacerbar algunas cosas. Recuerdo una vez que una persona profundamente marcada por su identidad española, podríamos decir que profundamente españolista me preguntó si me gustaba el vino. Lo cierto es que a mí no me gusta mucho el vino, así que le dije que no, y apostillé que me gustaba más la sidra, a lo que ella contestó «ah, claro, como eres asturianista te gusta más la sidra, pero yo soy española y me gusta el vino». Realmente no sé por qué llegó a la conclusión de que mis ideas políticas me hacían más degustador de sidra que de vino, ni entendí muy bien cómo lo que definía, para ella, a un buen español tenía que ser el gusto por el vino. Lo cierto es que si comparé el vino con la sidra no fue porque pensase en una España vs. Asturias, sino porque las dos son bebidas fermentadas que se extraen de una fruta, del mismo modo que cuando digo que me gusta más el vodka que el ron no estoy mostrando más simpatías por Rusia que por Cuba. Supongo que esta chica desconocía que, por un lado, se hace sidra también fuera de Asturias, y por otro lado que en Asturias también se produce vino, sobre manera en el Occidente (de hecho existe la Denominación de Origen Vinos de la tierra de Cangas). Y no sólo eso, sino que también fuera de España, e incluso de Europa, se produce vino.



Vino de Cangas servido en cachu, el recipiente en que tradicionalmente se sirvió este vino 
y etiqueta de vino Ḷḷumés, etiquetado en asturiano.

No es la primera vez que lo gastronómico y lo identitario se juntan, teniendo que dar explicaciones de por qué si me gusta una cosa y no otra, todas ellas en clave política, nunca meramente gastronómica (como sería lo natural). Cabe concluir que si me gusta más el kebab que la hamburguesa es porque siento más simpatía por turcos que por estadounidenses...
No es nada rara esta mezcolanza de ideas, de hecho, de ahí sale un concepto tan usual como el de dieta mediterránea.

¿Qué le pasa a la dieta mediterránea? Deberías saber que la dieta mediterránea no existe. Es un invento propagandístico para promocionar determinados bienes de consumo (como el aceite de oliva) en los que España (o mejor dicho, una parte de España) son productores natos. Primero hay que aclarar que lo que en España se conoce como mediterránea hace referencia nada más al Mediterráneo español, de lo contrario deberíamos determinar que el kebab y la pizza son productos propios de la dieta mediterránea, lo mismo que el cuscús (que se come en un montonazo de países bañados por el Mediterráneo).
No existe una dieta mediterránea porque no existe una dieta común al Mediterráneo, ni al Mediterráneo español, ni a España. ¿Cómo va a existir una dieta común si hasta no hace tanto la gente consumía lo más cercano? Por poner un ejemplo, el aceite de oliva es de consumo y producción habitual en el sur de España y en el Mediterráneo, sí, pero en todo el norte se consumió siempre más el de girasol, que también se produce (y en Cantábrico directamente se usaba manteca de cerdo, el aceite lo empezaron a conocer nuestros abuelos). ¿Cómo puedes ir por los campos de Palencia, llenos de girasoles, y decir que lo español es el aceite de oliva?


Arriba: Olivos. 
Abajo: Girasoles.
Los distintos modos de producción de aceite



No es mi intención discutir sobre gastronomía ni sobre producción aceitera en el Reino de España, son sólo algunos de los pocos ejemplos con los que quiero reseñar la cantidad de tópicos que se suelen generar a la hora de hablar de culturas. En ese sentido conviene no confundir cultura con tópicos, y conviene recordar que la cultura es tanto la cultura tradicional como la cultura moderna, y que Asturias está abierta a una y a otra, y que tanto para una como para otra son válidas sus lenguas, y de eso mucho nos pueden decir los distintos músicos, cineastas, compañías de teatro, escritores, presentadores de televisión... que generan cultura en asturiano y en gallego.



Cartel del concierto de Dixebra en la Sala Taibo de Madrid y componentes del grupo rock Bacotexo.
El asturiano y el gallego-asturiano pueden perfectamente servir para producir cultura moderna
y para exportarla.
Abajo: Festival Internacional de Cine de Xixón.




Cierre.

Esta es la Asturias que muchos vivimos, una Asturias que tiene personalidad propia, que tiene lenguas propias y que no es simplemente una división de un estado. No voy a entrar en cuestiones de qué relación han de tener Asturias y España, porque creo que eso no es para esta serie, aunque sea algo de lo que hablé más de una vez en El Paporrubio y de lo que sin duda hablaré más veces. Sí que, con todo, creo que España es una realidad pluricultural, donde conviven (unas veces en armonía, otras no tanto) distintas colectividades culturales. El respeto a esas colectividades pasa necesariamente por reconocer su igualdad. Espero que esta pequeña serie de post, a veces inconexos, casi siempre incompletos, hayan servido para arrojar un poco de luz sobre algunas cuestiones que quizá te hagan plantearte cómo es sentir y vivir en una lengua que no es la castellana, y ¿quién sabe? quizá te animes a acercarte a las otras dos lenguas de Asturias y a las demás expresiones culturales, que constituyen una parte fundamental de nuestro ser colectivo.




[1] Zapico Álvarez, Faustino, La revolución de Mayu de 1808. Ed. Trabe, Uviéu, 2007.

«La Historia d’Asturies ye la gran desconocida pa los asturianos y asturianes d’anguaño. Conocemos del nuestru pasáu namás que dellos episodios de relevancia especial presuntamente ensertos na Historia xeneral d’España: la resistencia de los ástures contra los romanos, l’aniciu de la monarquía ástur con Pelayo y la batalla de Cuadonga, la revolución de 1934... Munchos d’esos episodios, les más de les veces, conócense dende una perspectiva mítica y esencialista, vinculada dafechu a la idea de la preesistencia d’un ente intemporal, España, al que los asturianos paecen predestinaos a rescatar nes circunstancies más dramátiques. Esa concepción mítica ye compartida por bona parte del actual mapa políticu, y forma parte de los tópicos del discursu mayoritariu. Los planes d’estudiu actuales, que deberín servir p’aprender a los estudiantes asturianos una visión más global y más crítica de la so Historia, que permita ver a esti pueblu como daqué más que la fiera dormida qu’esconsona cuando la patria española ta amenazada, sirven cásique xusto pa lo contrario, p’aneciar nesa visión simplona, esencialista y anectótica del nuesu pasáu colectivu, gracies a los currículum de Ciencies Sociales aprobaos pol gobiernu del Principáu va dellos años.»

6 comentários:

  1. En "¿Eso quiere decir que no son elementos tan asturianos como creíamos?" grabadora, con B

    ResponderExcluir
  2. Un artículu estraordinariu. Perilustrativu. Norabona.

    ResponderExcluir
  3. Un artículu bien guapu. Más d'unu lu tindría de leer.

    Cántabru

    ResponderExcluir
  4. :) Gracias por las correcciones ortográficas, cambiado. Ains, no me lo tengáis en cuenta ;)

    Gracies tamién polos piropos :p

    ResponderExcluir
  5. Pues you soi asturianista ya yá sía vinu, sidra ou cualquier outra bebida alcohólica me presta. ;). Sedrá que soi internacionalista. :DDD

    Ya si falamos del Vinu Cangas, tamién te voi dicir que'l que más me presta yía'l blanco.

    Oi ho, ¿Quién yía Paco Cascos?

    Ya por outra banda, you identifícome colo del Principáu sobre todo desque sabemos qu'Urdangarín (que yera'l xenru bon del Rei) yía un putu mangui.

    Más nada. Si quies piropos a min los homes nun me gustan pero contigo pueo facer una escepción.

    Un abrazón "osunu", marineiru....

    ResponderExcluir
  6. Tengo que hacerte una corrección. La institución del principado de Asturias no tiene nada que ver con Gonzalo Pelaez. Gonzalo Pelaez, fue un conde que se sublevó contra el emperador Alfonso VIII y vivio a comienzos del siglo XII. El principado se instituyó en 1388, en gran parte como reacción ante la sublevación del conde de Noreña D. Alfonso Enriquez (hijo ilegítimo, aunque primogénito, del Rey Enrique II de Castilla) en 1383 y posteriormente en 1394 y 1395. Como anecdota hay que indicar que el cerco de Gijón de 1395 la villa fue bombardeada por la artillería de las tropas castellanas. Igualmente

    ResponderExcluir